lunes, 28 de marzo de 2011

La Passio según Alberto Sánchez

El Cautivo en Puerta Real (AAC)

El curso cofrade 2009 ha pasado a los anales de la historia por la celebración del centenario del Desfile Antológico, desde que se conoció la intención de Monseñor Martínez Fernández de dicha conmemoración todos los ambientes cofrades, medios de comunicación, círculos cofrades, hermandades y cofradías eran un hervidero. ¿Salen todos los titulares?, ¿cómo y cuándo se trasladan los pasos a la Catedral?, ¿dónde se realizarán los relevos?... En definitiva un mar de dudas y cuestiones que poco a poco fueron tomando forma. Lo que todo el mundo cofrade tenía muy claro es que no podría ser de ninguna manera una salida más, desde la vestimenta de los titulares hasta el más recóndito detalle debía brillar más que nunca.

Y como ocurre en todo gran acontecimiento, sin dejar de hablar y preparar la denominada Passio Granatensis, nos encontramos ante el tan añorado Sábado Santo.

Aquella mañana como era habitual en esa época de mi vida, me desperté y fui al hospital a visitar a mi abuela, que el Emmannuel la tenga en su Santa Gloria. Solo llegar a casa recibo una llamada de mi futura esposa: "¿Dónde estás?, ¡Hay un montón de gente, no vamos a encontrar sitio en ningún lado!, casi sin contestarle le interrumpo: "me voy corriendo y cojo sitio"; aproximadamente a las 12:30 horas estaba sentado en Puerta Real, rodeado de móviles, auriculares, agua, cámaras de fotos, etc.

Llegado el momento de la salida, y como no podía ser de otra forma en Granada, con un chubasco amenazante, las noticias que se lanzaban eran en torno a la posible suspensión. ¡Pero no podía ser!, "se sale". Tras varias hermandades saliendo, unas cuantas gotas de lluvia, revuelven de nuevo los estómagos, ¿regresan? No, ¡benditos plásticos!

No se cómo pero ahí estaba delante nuestra, la 'Burra', en ese momento y a lo largo de todo el Desfile Antológico, no sabía si hacer fotos u observar, pero una enorme satisfacción y la certeza de estar ante un acontecimiento que nunca más volveré a contemplar me recorría el cuerpo. Recuerdo un impacto extraño al ver el guión y la representación de mi hermandad, de alguna manera te sentías parte de tan extraordinario acontecimiento.

Los esfuerzo priostes no pasaban desapercibidos, negros plumajes romanos, vestiduras excepcionales, calaveras al pie de la cruz, signo del vencimiento sobre la muerte; etc. Toda una cátedra de priostía. Evidentemente tan bello escenario preparado para que cada uno de los titulares originales brillaran de la forma más apremiante posible.

Transcurrido el mismo y tras un buen rato para poder atravesar cualquier calle recuerdo que ya se hablaba de la Magna Mariana para 2013.

Como diría el pregonero, Fernando Egea, la Passio Granatensis fue de principio a fin, 'Poderío'.

Alberto Sánchez, teniente de hermano mayor de la hermandad de la Concepción

1 comentario:

Jose dijo...

Yo creo que todos recordaremos ese día como uno de los más especiales de nuestras vidas.

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos teníamos la sensación de que estábamos ante un día histórico que teníamos la suerte de vivir en primera persona, como protagonistas.

Muy buena la entrada!