Nuestra Señora de la Soledad es una bella imagen de candelero completo con las manos juntas sobre el pecho, atribuida al círculo de Pedro de Mena del siglo XVII. Posee un precioso rostro, perfecto acabado y tez blanquecina. Se presenta en posición frontal con la cabeza delicadamente girada hacia la derecha y ojos grandes semicerrados de mirada baja. Pestañas postizas de pelo natural y cejas arqueadas suavemente sin pronunciarse en el entrecejo. Boca semicerrada y nariz fina y elegante. Tiene cinco lágrimas, dos en la mejilla izquierda y tres en la derecha, aunque presenta laguna en una de ellas. Las manos están entrelazadas de manera armoniosa y suave y entre ellas contiene los tres clavos. El conjunto denota una profunda e íntima expresión de dolor, de delicada belleza. Esta imagen procesionó en el Desfile Antológico de 1909.
El paso de la titular mariana de la Hermandad de las Chías lo compone unos respiraderos de orfebrería plateada obra de Rafael Moreno en 1972. Los mismos, poseen capillas dedicadas a la Virgen de las Angustias, Santa Paula, San Jerónimo, Santa Ana y San Joaquín, realizadas por Miguel Ángel Molina Baena en 1981. Se ilumina en las esquinas con candelabros de cola, plateados, de los talleres de Luque en la localidad cordobesa de Lucena (1973). Tiene candelería de orfebrería plateada de los motrileños Aragón y Pineda (1996). La corona de plata de ley de Enrique Muñoz en 1885, y restaurada por Manuel de los Ríos en 1987, que le hizo la ráfaga. La saya, el pecherín y el manto son de terciopelo negro bordados en hilo de oro en 1881 por las Madres Jerónimas, el más antiguo de la ciudad.
Hermandad: Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor.
Día de salida: Viernes Santo.
Sede: Iglesia del Real Monasterio de San Jerónimo.
Texto: Vicente Gomariz Belda
Imágenes: Ideal Cofrade
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